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Acaríciame - Manoella Torres
***Miriam Hernandez - Se Me Fué
***
VICENTE FERNANDEZ - Un millon De Primaveras
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Acaríciame - Manoella Torres
***Miriam Hernandez - Se Me Fué
***
VICENTE FERNANDEZ - Un millon De Primaveras
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MIS POESIAS Y POETAS FAVORITOS
MIS POESIAS Y POETAS FAVORITOS
Quizás te diga un día que dejé de
quererte, aunque siga queriéndote más allá de la muerte; y acaso no comprendas
en esa despedida, que, aunque el amor nos une, nos separa la vida.
¿Qué es Poesía?
G. A. Bécquer
¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
En mi pupila tu pupila azul.
G. A. Bécquer
¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
En mi pupila tu pupila azul.
¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía eres tú.
Poesía eres tú.
Taller de poesía
Cuatro
paredes blancas,
tres puertas, dos ventanas,
muchas sillas y al frente
un escritorio
central.
Y aquí
estamos,
ansiosos, expectantes,
sesudos, razonables, prudentes
silenciosos, discretos, reservados
Aprendices de bardos.
Aprendices de bardos.
tímidos, petulantes…recelosos.
Algunos muy formales,
Algunos muy formales,
todos… un poco
locos
Quimeras,
espejismos,
ensueños, utopías,
prejuicios, invenciones,
mitos, ficción, anhelo,
ideas sorprendentes,
ideas sorprendentes,
versos, estilos, formas,
poetas y poemas
preferencias y gustos.
¡Cuánta sabiduría!
Es todo un entendido
nuestro guía.
Y al final
¡Qué ironía!
Aún más inescrutable
la esquiva y la anhelada
poesía.
La tarde ya se aleja
termina esta tertulia singular
Quedan muchas preguntas sin respuesta
muchas dudas que a solas
tendré que despejar.
Y este anhelo de siempre,
esta secreta fiebre que no me da sosiego,
Ese clamor constante que no puedo acallar,
esa expresión del alma que se empeña en brotar,
esa voz imperiosa que agiganta mis dudas,
que me lleva por sendas empinadas y oscuras,
por caminos ignotos, por estepas, por valles, por senderos extraños y tortuosos, que susurra a mi oído arcanos y misterios…vivencias prohibidas, que en noches de desvelo me revela otras vidas, que me habla de otros mundos de otros seres distintos…
de formas diferentes de amar
y de pensar.
Ese idioma
del alma que tanto me cautiva
que en vano he procurado tratar de aprisionar
Lenguaje que se escurre arisco entre mis versos
y por más que me esfuerzo,
no logro reflejar.
Cali, Junio 6 de 2011
Leonor Fernández Riva
Hermano guerrillero
Sí,
querido hermano guerrillero,
para ti escribo hoy. Para ti que perdido
en la espesura o quizá entre la selva de cemento
solo piensas matar a tus hermanos,
separar las familias, destruir
los poblados.
Para ti,
que olvidando
que existe un Cristo que murió por salvarnos
crucificas de nuevo cada día
con saña y con sevicia a tantos
colombianos.
¿Qué piensas,
dime, hermano guerrillero,
cuando declina el sol,
cuando la tarde se oscurece en el cielo,
cuando quizá también el sueño atormentado
se resiste a llegar a adormecer tus yerros
o aliviar tu conciencia.
Y transcurren las horas
en vigilia contemplando tu vida,
una vida marcada por la crueldad y por la sangre
que va dejando luto ante su paso
por todos los caminos
y poblados?
¿Vale la pena, dime
querido hermano guerrillero
desperdiciar el precioso regalo de tu vida?
¿Te has preguntado acaso si lo que estás haciendo
se justifica? ¿Es bueno?
Has perdido
la brújula, hermano guerrillero,
has extraviado el rumbo, te han mentido,
lo que haces no es correcto,
hay otra vida para ti esperando
en esta tierra buena, que es nuestra tierra,
hermano guerrillero.
¡Bota el fusil!
¡Enjuágate esa sangre
ahora que aún estás vivo,
ahora que estás a tiempo!
Vuelve a reír, hermano, aprecia nuevamente
la sonrisa de un niño, el calor del hogar,
la dulzura infinita de volver
a soñar.
Colombia es nuestra patria
y ella cual madre buena te está llamando
¡Acude, acude presto! Acude sin tardanza
Al llamado del bien
y la esperanza.
Y forjando la paz
Con valentía, con generosidad, con alegría,
¡Construye para ti un camino nuevo!
No tardes tanto, amor
Hoy
estoy triste, amor.
Y, ¿sabes? no es muy
usual en mi ese sentimiento.
Pero hoy, al recordarte, al sentir tu silencio
algo dentro de mi se está
muriendo.
Déjame
preguntarte:
¿Qué mal le hace a tu vida mi porfía?
Dime, ¿es tan difícil permitir que te adoré así, sin esperanza
sin consuelo?
No aspiro
a realidades bien lo sabes.
Sólo te pido sueños. Este amor germinó
entre palabras y entre palabras puedes
mantenerlo.
¡Me estás
perdiendo, amor! ¿No te das cuenta?
¡No tengo mucho tiempo! Con los días que pasan
inevitablemente me estoy yendo.
Y cuando menos pienses
todo esto que hoy yo siento
se habrá perdido, amor,
será postrero.
Habrá
pasado ya, irremediablemente,
este fugaz momento de alegría y pasión, de infinito amor,
de juventud total que por ti estoy
sintiendo.
¡No
tardes tanto, amor!
Ven, ¡te lo ruego! que para amarnos
aún estamos
a tiempo.
Aún
florecen las
rosas en mi huerto
y está la fuente fresca
y cantarina esperando con ansias
tu regreso.
No
tardes tanto, amor
que para amarme
¡todavía estás
a tiempo!
He tornado a ser Eva cavernaria
Hoy no te quiero, no,
con un amor tranquilo, honesto y recatado
Hoy la fiebre que siento no me deja pensar
Hoy la sangre caliente se atropella en mis
venas
Y aunque tú no lo quieras, ¡me tendrás que
adorar!
Hoy no
te quiero, ¡no!
Como
una madre,
¡ni
como hermana!
¡menos
como amiga!
Hoy
solo soy mujer, y hoy
¡necesito
a mi hombre!
He
vuelto a ser salvaje,
Primitiva,
cavernaria, carnal…
Confúndete
conmigo, ¡te lo ruego!
¡Hazme
mil veces tuya!
¡No
descanses, amor!
¡No
sientas sueño!
Vuelve
a tener veinte años.
Hoy yo
también soy joven.
Hoy
¡soy fuego!
Hay en
mi un loco anhelo
De
eclosionar mil veces
Con la
savia divina
Que
inunde nuestros cuerpos,
Procrear
mil chillos,
Inventar
junto a ti un pecado nuevo
Que sea
tan inusual y a la vez tan real
¡Que se
torne en un nuevo
Pecado
Original!
Hoy
estoy loca,
¡Sí!
Quizá mañana
Tornará
el sosiego, quizá…,
No
puedo asegurarlo,
Pero
quizá podré entonces
Tomarte
de las manos
Con el
amor sereno
De
otros tiempos.
Y
acariciar despacio
Tus
cabellos
Con la
infinita ternura
De
saberte
Mi
dueño.
Pero
hoy, ¡No!
Hoy yo
soy solo
Un
animal en celo
He
tornado a ser
Eva
cavernaria
Y llena
de lujuria
¡Te
deseo!
Arpergiria
Leonor Fernández Riva
Leonor Fernández Riva
Lo sé
estoy segura
yo nací un día que Dios estaba alegre
y el universo entero
sonreía
Existe en mi
una fuerza, una alegría
que las penas, los duelos, las fatigas
no pueden disipar, y dentro de mi pecho
un corazón vibrante, apasionado y loco
que se niega a dejar de
palpitar.
palpitar.
De forma misteriosa,
y por algo que ignoro, después
de cada golpe de la vida triunfa en mi,
el imperioso deseo de volver
con más fuerza
a comenzar.
de cada golpe de la vida triunfa en mi,
el imperioso deseo de volver
con más fuerza
a comenzar.
Cuando
deje esta vida,
-y el día este lejano-
dejaré los eneros,
los diciembres y marzos
perfumados
de mayos.
Lo sé,
estoy segura
yo nací un día que el universo entero sonreía
Un día que Dios estaba alegre...
¡Feliz!
deje esta vida,
-y el día este lejano-
dejaré los eneros,
los diciembres y marzos
perfumados
de mayos.
Lo sé,
estoy segura
yo nací un día que el universo entero sonreía
Un día que Dios estaba alegre...
¡Feliz!
***
A tu oído
Leonor Fernández Riva
Casi
sin darte cuenta
te me he ido metiendo
por entre las ranuras de tu
inescrutable
corazón
Pero no,
no te asustes,
me conformo con poco, casi nada.
Déjame convertirme en el lado escondido de tu vida.
En ese deseo íntimo que no cuentas a nadie;
en esa fiebre extraña que genera
tu insomnio.
No quiero ser pantufla ni bostezo.
No quiero que me roces en la cama sin apenas notarlo.
ni quiero un “buenos días” rutinario sin que aparezca al sol al pronunciarlo
No quiero ver tu ropa ni mi ropa interior en el armario,
ni el cepillo de dientes en el baño ni las cuentas de luz y de teléfono
cuando no seas mi luz y casi no tengamos de que hablarnos.
No quiero tu pensión ni tu apellido ni tu cuenta de banco.
Y menos, muchos menos, heredarte mi amor
en unos años.
Yo quiero
seguir siendo para ti
solo un sueño. Lo que no puede ser, lo irrealizable,
un arco iris en medio de la noche, una aurora boreal en el Caribe,
un unicornio azul en medio
de la tarde.
No quiero
días tranquilos
y serenos. Quiero ser explosión,
fuego, pecado, calor, delirio, frenesí, cansancio.
No trates de volverme realidad. Soy solo lo que soy,
tan solo un sueño.Una mujer lejana cuya imagen
te asalta solo en noches
de desvelo.
Surgirán
otros seres en tu vida.
En otros brazos palpitarás febril con el deseo.
Y quizá en otras bocas se saciarán tu sed
y tus anhelos.
Mas sé
que siempre
volverás a ansiarme
Será inútil que trates de olvidarme
Yo sé, te lo aseguro, que inevitablemente
volverás a desearme cada día
cuando se ponga el sol
sobre la tarde.
****
Casi
sin darte cuenta
te me he ido metiendo
por entre las ranuras de tu
inescrutable
corazón
Pero no,
no te asustes,
me conformo con poco, casi nada.
Déjame convertirme en el lado escondido de tu vida.
En ese deseo íntimo que no cuentas a nadie;
en esa fiebre extraña que genera
tu insomnio.
No quiero ser pantufla ni bostezo.
No quiero que me roces en la cama sin apenas notarlo.
ni quiero un “buenos días” rutinario sin que aparezca al sol al pronunciarlo
No quiero ver tu ropa ni mi ropa interior en el armario,
ni el cepillo de dientes en el baño ni las cuentas de luz y de teléfono
cuando no seas mi luz y casi no tengamos de que hablarnos.
No quiero tu pensión ni tu apellido ni tu cuenta de banco.
Y menos, muchos menos, heredarte mi amor
en unos años.
Yo quiero
seguir siendo para ti
solo un sueño. Lo que no puede ser, lo irrealizable,
un arco iris en medio de la noche, una aurora boreal en el Caribe,
un unicornio azul en medio
de la tarde.
No quiero
días tranquilos
y serenos. Quiero ser explosión,
fuego, pecado, calor, delirio, frenesí, cansancio.
No trates de volverme realidad. Soy solo lo que soy,
tan solo un sueño.Una mujer lejana cuya imagen
te asalta solo en noches
de desvelo.
Surgirán
otros seres en tu vida.
En otros brazos palpitarás febril con el deseo.
Y quizá en otras bocas se saciarán tu sed
y tus anhelos.
Mas sé
que siempre
volverás a ansiarme
Será inútil que trates de olvidarme
Yo sé, te lo aseguro, que inevitablemente
volverás a desearme cada día
cuando se ponga el sol
sobre la tarde.
****
Desvarío
Eres
la tentación
que ya no puedo resistir
El pecado que quiero cometer
¡Del que nunca me quiero
arrepentir!
Eres
el desatino,
la imprudencia,
la crítica, la habladuría feroz,
el olvido de mi serena dignidad,
la burla, la calumnia,
lo indigno, lo grotesco...
¡la locura a mi
edad!
Mas,
así como el fuego que devora
con avidez la rama seca,
la hojarasca mustia, así,
quiero encender mi pobre cuerpo
con tu ardiente flama,
abrasarme de amor entre tus brazos,
y en la hoguera vibrante de tus ojos
¡fundirme de calor y de pasión!
Quemar
mis naves,
olvidarlo todo,
que no exista retorno
que se acabe la vida
aspirar solo el aire que respiras
extinguir mi existencia,
regalarte mi esencia
¡y morirme de amor!
***
Eres
la tentación
que ya no puedo resistir
El pecado que quiero cometer
¡Del que nunca me quiero
arrepentir!
Eres
el desatino,
la imprudencia,
la crítica, la habladuría feroz,
el olvido de mi serena dignidad,
la burla, la calumnia,
lo indigno, lo grotesco...
¡la locura a mi
edad!
Mas,
así como el fuego que devora
con avidez la rama seca,
la hojarasca mustia, así,
quiero encender mi pobre cuerpo
con tu ardiente flama,
abrasarme de amor entre tus brazos,
y en la hoguera vibrante de tus ojos
¡fundirme de calor y de pasión!
Quemar
mis naves,
olvidarlo todo,
que no exista retorno
que se acabe la vida
aspirar solo el aire que respiras
extinguir mi existencia,
regalarte mi esencia
¡y morirme de amor!
***
Leonor Fernández Riva
¡Piensa en mí!
¡Piensa en mí! Piensa en mí, corazón, cuando amanezca el día
y tímida la luz ingrese hasta tu alcoba, cuando te bañes, cuando te vistas, cuando tomes café, cuando estés trabajando, cuando estés conversando, cuando te salgan bien todas las cosas, cuando te salgan mal, cuando estés preocupado, cuando estés relajado, cuando estés divertido, cuando estés distraído.
¡Piensa en mí! ¡Piensa en mí!
¡Piensa en mi!
Piensa
en mi, corazón,
cuando caiga la tarde y regreses cansado hasta tu hogar,
cuando se oculte el sol, cuando las sombras ya lo invadan todo
y se enciendan las luces en las calles y con nostalgia evoques el ayer.
Cuando estés con los tuyos, cuando estés entre extraños, cuando te venza el sueño, cuando estés recostado, cuando ya estés dormido,
¡Por favor, te lo ruego, piensa en mi!
¡Piensa en mí!
en mi, corazón,
cuando caiga la tarde y regreses cansado hasta tu hogar,
cuando se oculte el sol, cuando las sombras ya lo invadan todo
y se enciendan las luces en las calles y con nostalgia evoques el ayer.
Cuando estés con los tuyos, cuando estés entre extraños, cuando te venza el sueño, cuando estés recostado, cuando ya estés dormido,
¡Por favor, te lo ruego, piensa en mi!
¡Piensa en mí!
Piensa en mi
día y noche, noche y día,
en todos los momentos de tu vida
¡Y no dejes de hacerlo, vida mía!
¡Piensa en mi, piensa en mi!
¡Piensa en mi, corazón!
¡Piensa en mi!
¡Piensa en mi, piensa en mi!
¡Piensa en mi, corazón!
¡Piensa en mi!
Crepúsculo
Leonor María Fernández Riva
Una tarde,
una tarde gris y fría
tan ausente de esperanza,
tan letárgica y vacía
que al alma sobrecogía.
Una tarde,
una tarde en la que solo
los recuerdos de otros días
cual luciérnagas furtivas
por el alma discurrían.
Una tarde,
una tarde de un otoño
yermo y frío
en que la vida pasaba
sin dejar nada
en mi vida.
Una tarde,
ya muy tarde
cuando el sol ya a la distancia
se escondía;
sin siquiera presagiarlo,
mi existencia
cambiaría.
Como surje un arco iris,
En un cielo encapotado,
como nace un brote nuevo
en la ceiba ya cansada y centenaria
¡apareciste en mi vida!
Inútil fue resistirme:
eras tú, el que yo esperaba
desde siempre, desde niña,
entre libros, entre sueños,
entre sábanas…
Un destello de locura,
de pasión incontrolada,
brotó infinito, invencible
en los pliegues insondables,
en las fibras más sensibles
de mi alma enamorada.
Y la tarde se hizo día;
y el otoño, primavera
y de nuevo florecieron
los sueños y fantasías.
La noche,
la negra noche
que el crepúsculo anunciaba,
retrocedió conmovida
de ese amor apasionado
que nacía.
¡Oh el misterio de las almas que se encuentran!
¡Oh la magia de las almas y las pieles embrujadas!
¡Oh las almas ya por siempre entrelazadas!
En esa tarde de otoño
poblada de mil murmullos do las aves en las frondas
ya sus trinos ocultaban y campanas agoreras
a lo lejos amarguras y tristezas presagiaban,
aquel ser resplandeciente
que surgió tan de repente
sin que nada en mi horizonte lo anunciara,
unió su paso a mi paso y a mis pasos ya cansados
los suyos fuertes, airosos con dulzura tiernamente acompasaba.
Nuestras almas
tanto tiempo separadas
se unieron y fueron una
se unieron y fueron una
se unieron y fueron una
¡Y fuimos una sola alma!
¡Y fuimos una sola alma!
¡Y fuimos una sola alma
desde esa tarde encantada!
Hoy la tarde
se ha hecho noche.
Oscureció de improviso
en mi vida y en mi alma.
Partió mi amado, por siempre.
Se marchó sin despedirse.
Tal como un día a mi vino
de pronto volvió a la nada.
Esos sus ojos de fuego
que cual lámparas fulgentes
iluminaban mi alma
se cerraron para siempre
en una noche poblada
de susurros de quirópteros,
de cocuyos y cigarras
y el croar intimidante
de las ranas
Enmudecieron por siempre
sus palabras
sus palabras
sus palabras
¡tan amadas!
La tarde
se volvió noche.
Las tinieblas envolvieron
siniestras nuestras dos almas.
Una gélida mortaja
cobijó ya para siempre
su amado cuerpo sin vida,
su corazón y su alma
su corazón y su alma
su corazón y su alma.
Y mi cuerpo, ya sin sueños
y sin alma.
Cada noche
desde entonces
cuando todo se silencia
y se escuchan solamente
los chillidos de las ranas
y a lo lejos los aullidos
que un perro a la luna lanza
yo presiento su presencia
y sé que mi amado vuelve
tras las brumas ominosas de la nada.
Me envuelve entonces la magia de las horas ya pasadas.
Aspiro un aroma a mirtos, escucho un batir de alas
y siento que en el jardín las orquídeas se entrelazan.
Y volvemos a encontrarnos
Y nuestras almas se abrazan.
¡Y somos de nuevo una!
¡Por siempre una sola alma
¡Oh las almas en la vida y en la muerte entrelazadas!
¡Oh las almas que trascienden las fronteras de la vida, de la muerte y la distancia!
¡Oh las almas que se encuentran en las noches de silencio y de nostalgia!
Cali, Agosto/2009
Leonor María Fernández Riva
Una tarde,
una tarde gris y fría
tan ausente de esperanza,
tan letárgica y vacía
que al alma sobrecogía.
Una tarde,
una tarde en la que solo
los recuerdos de otros días
cual luciérnagas furtivas
por el alma discurrían.
Una tarde,
una tarde de un otoño
yermo y frío
en que la vida pasaba
sin dejar nada
en mi vida.
Una tarde,
ya muy tarde
cuando el sol ya a la distancia
se escondía;
sin siquiera presagiarlo,
mi existencia
cambiaría.
Como surje un arco iris,
En un cielo encapotado,
como nace un brote nuevo
en la ceiba ya cansada y centenaria
¡apareciste en mi vida!
Inútil fue resistirme:
eras tú, el que yo esperaba
desde siempre, desde niña,
entre libros, entre sueños,
entre sábanas…
Un destello de locura,
de pasión incontrolada,
brotó infinito, invencible
en los pliegues insondables,
en las fibras más sensibles
de mi alma enamorada.
Y la tarde se hizo día;
y el otoño, primavera
y de nuevo florecieron
los sueños y fantasías.
La noche,
la negra noche
que el crepúsculo anunciaba,
retrocedió conmovida
de ese amor apasionado
que nacía.
¡Oh el misterio de las almas que se encuentran!
¡Oh la magia de las almas y las pieles embrujadas!
¡Oh las almas ya por siempre entrelazadas!
En esa tarde de otoño
poblada de mil murmullos do las aves en las frondas
ya sus trinos ocultaban y campanas agoreras
a lo lejos amarguras y tristezas presagiaban,
aquel ser resplandeciente
que surgió tan de repente
sin que nada en mi horizonte lo anunciara,
unió su paso a mi paso y a mis pasos ya cansados
los suyos fuertes, airosos con dulzura tiernamente acompasaba.
Nuestras almas
tanto tiempo separadas
se unieron y fueron una
se unieron y fueron una
se unieron y fueron una
¡Y fuimos una sola alma!
¡Y fuimos una sola alma!
¡Y fuimos una sola alma
desde esa tarde encantada!
Hoy la tarde
se ha hecho noche.
Oscureció de improviso
en mi vida y en mi alma.
Partió mi amado, por siempre.
Se marchó sin despedirse.
Tal como un día a mi vino
de pronto volvió a la nada.
Esos sus ojos de fuego
que cual lámparas fulgentes
iluminaban mi alma
se cerraron para siempre
en una noche poblada
de susurros de quirópteros,
de cocuyos y cigarras
y el croar intimidante
de las ranas
Enmudecieron por siempre
sus palabras
sus palabras
sus palabras
¡tan amadas!
La tarde
se volvió noche.
Las tinieblas envolvieron
siniestras nuestras dos almas.
Una gélida mortaja
cobijó ya para siempre
su amado cuerpo sin vida,
su corazón y su alma
su corazón y su alma
su corazón y su alma.
Y mi cuerpo, ya sin sueños
y sin alma.
Cada noche
desde entonces
cuando todo se silencia
y se escuchan solamente
los chillidos de las ranas
y a lo lejos los aullidos
que un perro a la luna lanza
yo presiento su presencia
y sé que mi amado vuelve
tras las brumas ominosas de la nada.
Me envuelve entonces la magia de las horas ya pasadas.
Aspiro un aroma a mirtos, escucho un batir de alas
y siento que en el jardín las orquídeas se entrelazan.
Y volvemos a encontrarnos
Y nuestras almas se abrazan.
¡Y somos de nuevo una!
¡Por siempre una sola alma
¡Oh las almas en la vida y en la muerte entrelazadas!
¡Oh las almas que trascienden las fronteras de la vida, de la muerte y la distancia!
¡Oh las almas que se encuentran en las noches de silencio y de nostalgia!
Cali, Agosto/2009
Kamicazes malditos
Kamikazes malditos,
portadores de muerte,
que creen que su raza y que su credo
les dan el privilegio de matar.
Seres apocalípticos que dejan a su paso
un rastro inenarrable de sevicia
y crueldad.
y crueldad.
Fanatismo malvado de profetas perversos
que han hecho de la vida algo tan agobiante
que la muerte es un premio, y sin remordimiento
envían a sus hijos a morir y matar.
¡Qué patraña
tan grande han inventado
tan grande han inventado
de que al morir matando
alcanzarán la gloria
y un más allá indecible
de placer sin igual.
Ilusos terroristas
que mueren fragmentados
sin percibir siquiera
que fueron engañados
Que el
premio a su pecado
premio a su pecado
será la muerte eterna
Que serán condenados
y que no tendrán gloria
ni aquí ¡ni más allá!
Hermano
Neanderthal
Hermano Neanderthal
Te quedaste en el tiempo
Perdiste tu batalla en
la lucha salvaje
de un mundo en formación.
¿Como fue, dime, ese
crucial momento
en que tu vida simple se
cruzó con la vida bestial del Cro-Magnon?
¿Presentiste acaso que él
te vencería?
¿Que no podrían coexistir
en armonía?
¿Que su saña y crueldad te
arrumbarían
a las zonas más yermas del
planeta
donde se iría agostando tu existencia y tu vida?
Hermano
Neanderthal,
¿Por qué te fuiste?
¿Por qué no resististe?
¿Por qué la evolución te
fue negada?
Este mundo quizá no sería tan brutal
si hubieras sido tú el
sobreviviente
y no este torpe homínido
que se cree inmortal
No dejo de pensar
cuán diferente hubiese sido todo
si hubieras poseído un poco más de agallas…
y nuestro antiguo ancestro mayor entendimiento
y mucha, mucha
más
humanidad.